Nemonte Nenquimo, una mujer indígena del pueblo waorani de 35 años, sola ha encabezado la protesta de su pueblo para que el Estado ecuatoriano respete sus territorios y derechos. Además, de pelar por la lucha medio ambiental desde un enfoque en los pueblos indígenas y su conexión con sus tierras.
En 2016 creó la Alianza Ceibo para atender las necesidades de comunidades a’i kofan, siona, siekopai y waorani. Y en 2019 encabó la demanda que suspendió el proyecto de explotación petrolera del bloque 22 en la provincia de Pastaza, esta serie su acción más reconocida ante la fecha. Cerrándoles la puerta a las industriales petroleras en un fallo de segunda instancia, donde se demostró que las comunidades no habían sido consultadas en 2012 sobre la futura licitación del bloque 22 que afecta gravemente al medio ambiente y algunos territorios ancestrales.
Victoria legal de Nemonte Nenquimo
El bloque 22 cuenta con un tamaño cercano a las 200 000 hectáreas y que se superpone en un 16 % con territorios de 16 comunidades Waorani. “Le hemos demostrado al mundo que la vida es más importante que el petróleo. Unidos podemos proteger nuestra forma de vida, la selva amazónica y nuestro planeta de la destrucción”, dice Nemonte Nenquimo, líder Waorani.
La victoria legal que obtuvo podría sentar un precedente sobre la explotación petrolera en la Amazonía ecuatoriana. Y ha conquistado la atención del mundo entero llevándola a posicionarse entre los activistas influyentes de esta nueva generación.
Con este nuevo posicionamiento, Nemonte Nenquimo llegó a ser reconocida por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo. Así mismo, continuó revolucionando el escenario medio ambiental y de derechos de los pueblos. Donde llegó a recibir el premio Goldman que se otorga cada año a defensores del medio ambiente. Algunos los llaman los Nobel de la protección ambiental. Se le confirió este premio por haber sentado un precedente legal para los derechos indígenas en Ecuador que llevó también a una victoria medio ambiental.
Ella considera ese reconocimiento «una lucha colectiva» y asegura que los waoranis —que hasta hace unos 60 años vivieron aislados— «vamos a seguir protegiendo nuestro territorio». Recalcando que “lo que defendemos es la vida y el planeta”, a una entrevista con la BBC Mundo.